Un terroir único

Enclavada entre montañas de la pre-cordillera,  a 2440 msnm, a lo largo del Camino Inca, nuestra Finca se encuentra a 100 km al norte de Cafayate, en el Valle de Pucará. Fuimos pioneros en este territorio inexplorado y descubrimos uno de los terroirs más singulares del mundo producto de su altitud, clima extremo, suelos y orientación. El terreno pedía la producción de vinos legendarios y nosotros aceptamos el desafío.

 

Nuestro terroir único, junto a vides de gran resistencia, produce uvas de alta calidad que se traducen en vinos con fuerte carácter, color intenso, más taninos, fruta y especias y mayor contenido de alcohol (14,9%). Luego, domamos estas uvas de gran personalidad en la bodega, equilibrando su carácter con elegancia.

Más sol y menos lluvia: tenemos casi 340 días de sol y muy poca lluvia, ya que estamos en el desierto, donde podemos controlar el agua a través de sofisticados sistemas de riego. Recibimos solo 200 mm de lluvia por año. Más sol resulta en plantas y uvas naturalmente más sanas.

 

Diferencias de temperatura entre la noche y el día: con días muy calurosos y noches muy frías, la amplitud térmica favorece el desarrollo de polifenoles, es decir, más azúcar en la pulpa de la uva y, por lo tanto, más alcohol.

 

Más rayos UV: en la extrema altura hay menos oxígeno y esto resulta en una radiación UV más intensa. Las uvas se defienden engrosando su piel, y es justamente allí donde se concentran los aromas y colores.

 

Cultura del vino: los antiguos, como se llamaban a sí mismos los descendientes incas en la zona, cultivan vides y producen vinos desde hace más de 500 años. Las vides fueron traídas desde Perú al Valle de Pucará por los padres jesuitas en el siglo XVII. Tantos siglos de tradición local rinden sus frutos.

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