Una explosión de fruta en un malbec vibrante cosechado en los suelos franco arenosos del Cuartel N°1 de La Guardia, zona que debe su nombre a un mirador utilizado por los Incas para anticipar los ataques. La expresividad de este vino es el resultado de la baja densidad de plantación y el manejo del rendimiento, la poda de caña y el deshoje en la exposición del viñedo al sol de la mañana.
La Guardia es nuestro viñedo de mayor superficie con casi 10 has., donde los suelos de pre-cordillera muestran su mayor variedad entre los diferentes cuarteles, producto de millones de años de actividad geológica. En el Cuartel #1 los suelos son mayormente franco-arenosos, donde la mezcla de arena y limo permite drenaje hídrico y retención de humedad, algo crucial en climas desérticos como el del Valle de Pucará. El Cuartel #1 se sitúa en la zona media de La Guardia, a una altitud de 2.430 msnm, con una orientación norte-sur y una pendiente hacia el sureste.
El nombre La Guardia proviene de un antiguo campo de cultivo de maíz de los Incas, quienes durante el día bajaban al valle a labrar la tierra y al atardecer subían al Pucará de La Reyna, a 3.000 msnm. Esta antigua ciudad fortificada y de muy difícil acceso, fue un lugar ideal para defenderse de los ataques enemigos, donde los centinelas apostados en atalayas custodiaban a las numerosas familias que vivían dentro del Pucará. La Guardia mantiene hasta el día de hoy las antiguas pircas de piedra que formaban los corrales para las manadas de llamas, cerrados con tranqueras de madera de cardón.
El clima desértico, con solo 150 milímetros de lluvia al año y riego por goteo controlado, alimentado por una tubería de 7 kilómetros que captura el agua pura de montaña a 3.500 metros, permite generar stress hídrico óptimo para las plantas. El sentido norte-sur de los viñedos permite la máxima exposición solar, con mas de 14 horas de sol diarias durante el ciclo vegetativo.
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