Santiago Achaval - En las fronteras de la enología

Por Santiago Achaval

Los terruños de extrema altura invitan a experimentar con enfoques de enología únicos. El arte de nuestra enología es lograr, con la menor intervención posible, vinos que expresen el carácter distintivo de las uvas de La Finca de los Viñedos Imposibles: frescos, elegantes y tensos.

 

Cuando nos encontramos con el proyecto de La Finca de los Viñedos Imposibles,  despertó en mi socio Roberto Cipresso y en mí un gran interés. Estábamos convencidos del potencial del terroir y nos atraía el desafío de crear vinos legendarios.

 

¿Orientación? ¿Suelos complejos de precordillera? ¿Amplitud térmica? ¿Luminosidad? ¿Altura extrema? Ninguno de estos factores explica por sí solo las razones de un fenómeno único del Valle de Pucará: un terroir que naturalmente resuelve la tensión entre carácter y finura en un vino de extrema altura.

 

Lo cierto es que el manejo de las uvas de extrema altura requiere mucha experimentación agronómica y enológica. Ajustamos las lecciones aprendidas en el manejo de viñedos en diferentes terruños del mundo: Mendoza, Napa, Francia, Mallorca. Estudiamos cada tipo de suelo de la finca, definimos los varietales y clones de vid que creíamos funcionarían mejor en la extrema altura. Fue un ejercicio de mucha prueba y error, tanto en los viñedos como en la bodega.

 

Nos propusimos un manejo de bodega con intervenciones minimalistas, con maceraciones prolongadas, múltiples remontajes y selección de barricas de roble francés que resaltaran la fruta. Buscábamos en cada vino la expresión de las características particulares de los diferentes microterroirs, obteniendo una fruta compleja, colores intensos y aromas profundos que destacaran las notas florales y grafitadas distintivas.

 

¿Llegamos? Me gusta pensar que en la Finca de los Viñedos Imposibles no hay línea de llegada porque cada año movemos la meta.

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